miércoles, 14 de diciembre de 2011

Y llegó él



Y llegó él, con su cara de buena persona, regordete, con su barba blanca  que  a algunos alegra y a otros espanta.
Y vino, no de paso, llegó para quedarse.
Y se instaló en nuestras vidas, en nuestro corazón, en nuestras casas, y en nuestros bolsillos.
No le importo venir de un país lejano y tan frío hasta España.
 Y lo peor hasta Canarias, que en Navidad podemos ir hasta a la playa.
Tampoco le afecta pasar tanto calor con esa ropa tan abrigada, con tal de hacer su Agosto en Diciembre.
Y con esta crisis que estamos pasando, yo me pregunto: ¿Como no se les ha ocurrido a los Reyes Magos emigrar a Finlandia?